miércoles, 16 de enero de 2013

La Revolución Científica


La Revolución Científica

La Revolución científica es una época asociada principalmente con los siglos XVI y XVII en el que nuevas ideas y conocimientos en física, astronomía, biología, medicina y química transformaron las visiones antiguas y medievales sobre la naturaleza y sentaron las bases de la ciencia moderna. De acuerdo a la mayoría de versiones, la revolución científica se inició en Europa hacia el final de la época del Renacimiento y continuó a través del siglo XVIII (la Ilustración). Se inició con la publicación en 1543 de dos obras que cambiarían el curso de la ciencia: De revolutionibus orbium coelestium (Sobre el movimiento de las esferas celestiales) de Nicolás Copérnico y De humani corporis fabrica (De la estructura del cuerpo humano) de Andreas Vesalius.
El filósofo e historiador Alexandre Koyré acuñó el término revolución científica en 1939 para describir esta época.
Ideas nuevas
La revolución científica no se caracterizó por un solo cambio. Las siguientes ideas contribuyeron a lo que se llama revolución científica:
·         La sustitución de la Tierra como centro del universo por el heliocentrismo.
·         Menosprecio de la teoría aristotélica de que la materia era continua e integrada por los elementos tierra, agua, aire y fuego, porque su rival clásico, el atomismo, se prestaba mejor a una «filosofía mecánica» de la materia.
·         La sustitución de las ideas mecánicas aristotélicas con la idea de que todos los cuerpos son pesados y se mueven de acuerdo a las mismas leyes físicas.
·         La inercia reemplazó a la teoría del ímpetu medieval que proponía que el movimiento no natural (movimiento rectilíneo «forzado» o «violento» ) es causado por la acción continua de la fuerza original impartida por un impulsor sobre el objeto en movimiento.
·         La sustitución de la idea de Galeno sobre los sistemas venoso y arterial como dos sistemas separados, por el concepto de William Harvey de que la sangre circulaba de las arterias a las venas «impulsada en un círculo, y en un estado de constante movimiento».

La revolución científica fue construida sobre la base del aprendizaje de la Grecia clásica; la ciencia medieval, que había sido elaborada y desarrollada a partir de la ciencia de Roma/Bizancio; y la ciencia islámica medieval. La tradición aristotélica seguía siendo un importante contexto intelectual en el siglo XVII, aunque para esa época los filósofos naturales se habían alejado de gran parte de ella.
Las ideas científicas clave que se remontaban a la antigüedad clásica habían cambiado drásticamente en los últimos años, y en muchos casos habían sido desacreditadas.
Las ideas que quedaron, y que serían transformadas fundamentalmente durante la revolución científica, incluían:
·         La cosmología de Aristóteles que colocaba a la Tierra en el centro de un universo jerárquico y esférico. Las regiones terrestres y celestes se componían de diferentes elementos que tenían diferentes tipos de «movimiento natural».
·         El modelo ptolemaico del movimiento planetario basado en el modelo geométrico de Eudoxo de Cnido y el Almagesto de Ptolomeo, demostró que mediante cálculos se podía calcular la posición exacta del Sol, la Luna, las estrellas y planetas en el futuro y el pasado, y mostró cómo estos modelos se derivaban de las observaciones astronómicas.

Avances científicos
Ideas claves y las personas que surgieron en los siglos XVI y XVII:
·         Primera edición impresa de los Elementos de Euclides en 1482.
·         Nicolás Copérnico (1473-1543) publicó Sobre el movimiento de las esferas celestiales en 1543, que propuso la teoría heliocéntrica de la cosmología.
·         Andreas Vesalius (1514-1564) publicó De Humani Corporis Fabrica (De la estructura del cuerpo humano) (1543), que desacreditaba las opiniones de Galeno. Encontró que la circulación de la sangre provenía del bombeo del corazón. También montó el primer esqueleto humano cortando cadáveres abiertos.
·         Franciscus Vieta (1540-1603) publicó In artem Analyticem Isagoge (1591), que dio la primera notación simbólica de los parámetros en el álgebra literal.
·         William Gilbert (1544-1603) publicó Sobre el imán y los cuerpos magnéticos y sobre el gran imán la Tierra en 1600, que sentó las bases de una teoría del magnetismo y la electricidad.
·         Tycho Brahe (1546-1601) hizo extensas y precisas observaciones a ojo de los planetas en el siglo XVI. Éstas se convirtieron en los datos básicos para los estudios de Kepler.
·         Sir Francis Bacon (1561-1626) publicó Novum Organum en 1620, que detallaba un nuevo sistema de lógica basado en el proceso de reducción, y que Bacon proponía como una mejora sobre el proceso filosófico de Aristóteles del silogismo. Esto contribuyó al desarrollo de lo que se conoce como el método científico.
·         Galileo Galilei (1564-1642) mejoró el telescopio, con el que hizo varios descubrimientos astronómicos importantes, incluyendo las cuatro mayores lunas de Júpiter, las fases de Venus y los anillos de Saturno, e hizo observaciones detalladas de las manchas solares. Desarrolló las leyes sobre la caída de cuerpos basándose en experimentos cuantitativos pioneros que analizó matemáticamente.
·         Johannes Kepler (1571-1630) publicó las dos primeras de sus tres leyes del movimiento planetario en 1609.
·         William Harvey (1578-1657) demostró que la sangre circula, utilizando disecciones y otras técnicas experimentales.
·         René Descartes (1596-1650) publicó su Discurso del método en 1637, que ayudó a establecer el método científico. También inició el método del razonamiento deductivo.
·         Antonie van Leeuwenhoek (1632-1723) construyó poderosos microscopios de una sola lente y realizó extensas observaciones que publicó alrededor de 1660; se le considera precursor de la microbiología.
·         Isaac Newton (1643-1727) trabajó sobre la obra de Kepler y Galileo. Demostró que una ley del cuadrado inverso de la gravedad explicaba las órbitas elípticas de los planetas, y presentó la ley de gravitación universal. Su desarrollo del cálculo infinitesimal abrió nuevas aplicaciones de los métodos matemáticos a la ciencia. Newton enseñaba que la teoría científica debe ir acompañada de una experimentación rigurosa; esto se convertiría en la piedra angular de la ciencia moderna.









Francis Bacon
(Londres, 1561-id., 1626) Filósofo y político inglés. Su padre era un alto magistrado en el gobierno de Isabel I, y fue educado por su madre en los principios del puritanismo calvinista. Estudió en el Trinity College de Cambridge y en 1576 ingresó en el Gray's Inn de Londres para estudiar leyes, aunque pocos meses después marchó a Francia como miembro de una misión diplomática. En 1579, la muerte repentina de su padre lo obligó a regresar precipitadamente y a reemprender sus estudios, falto de recursos para llevar una vida independiente.
En 1582 empezó a ejercer la abogacía, y fue magistrado cuatro años más tarde. En 1584 obtuvo un escaño en la Cámara de los Comunes por mediación de su tío, el barón de Burghley, a la sazón lord del Tesoro; durante treinta y seis años se mantuvo como parlamentario y fue miembro de casi todas las comisiones importantes de la cámara baja. La protección de Robert Devereux, segundo conde de Essex, le permitió acceder al cargo de abogado de la reina.
Su situación mejoró con la subida al trono de Jacobo I, quien lo nombró procurador general en 1607, fiscal de la Corona en 1613 y lord canciller en 1618, además de concederle los títulos de barón Verulam de Verulam y de vizconde de St. Albans. Sin embargo, en 1621, procesado por cohecho y prevaricación, fue destituido de su cargo y encarcelado. Aunque fue puesto en libertad al poco tiempo, ya nunca recuperó el favor real.
Durante toda su carrera persiguió una reforma coherente de las leyes y el mantenimiento del Parlamento y los tribunales a salvo de las incursiones arbitrarias de los gobernantes; pero, sobre todo, su objetivo era la reforma del saber. Su propósito inicial era redactar una inmensa «historia natural», que debía abrir el camino a una nueva «filosofía inductiva», aunque la acumulación de cargos públicos le impidió el desarrollo de la tarea que se había impuesto, a la que, de hecho, sólo pudo dedicarse plenamente los últimos años de su vida.
Sometió todas las ramas del saber humano aceptadas en su tiempo a revisión, clasificándolas de acuerdo con la facultad de la mente (memoria, razón o imaginación) a la que pertenecían; llamó a este esquema «la gran instauración», y muchos de los escritos dispersos que llegó a elaborar, como El avance del conocimiento (Advancement of Learning, 1605) –superado más tarde por el De augmentis scientiarum–, estaban pensados como partes de una Instauratio magna final.
Criticando el planteamiento aristotélico, consideró que la verdad sólo puede ser alcanzada a través de la experiencia y el razonamiento inductivo, de acuerdo con un método del que dio una exposición incompleta en su Novum organum scientiarum (1620). El método inductivo que elaboró pretendía proporcionar un instrumento para analizar la experiencia, a partir de la recopilación exhaustiva de casos particulares del fenómeno investigado y la posterior inducción, por analogía, de las características o propiedades comunes a todos ellos. Según Bacon, ese procedimiento había de conducir, gradualmente, desde las proposiciones más particulares a los enunciados más generales.
Aun cuando el método baconiano ejerció, nominalmente, una gran influencia en los medios científicos, lo cierto es que el filósofo desarrolló su pensamiento al margen de las corrientes que dieron lugar al surgimiento de la ciencia moderna, caracterizada por la formulación matemática de sus resultados, a la que él mismo no concedió la importancia debida. Bacon concibió la ciencia como una actividad social ligada a la técnica, elaborando una utopía, Nueva Atlántida (The New Atlantis, publicada póstumamente en 1627), basada en la organización científica de la sociedad.


René Descartes
(La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés. René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), donde gozó de un cierto trato de favor en atención a su delicada salud.
Obtuvo el título de bachiller y de licenciado en derecho por la facultad de Poitiers (1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos, donde sirvió como soldado en el ejército de Mauricio de Nassau. En 1619 se enroló en las filas del duque de Baviera; el 10 de noviembre, en el curso de tres sueños sucesivos, René Descartes experimentó la famosa «revelación» que lo condujo a la elaboración de su método.
Tras renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y regresó a Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida independiente; pasó una temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en París, donde se relacionó con la mayoría de científicos de la época. En 1628 decidió instalarse en los Países Bajos lugar que consideró más favorable para cumplir los objetivos filosóficos y científicos que se había fijado, y residió allí hasta 1649.
Los cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del mundo y su concepción del hombre y del cuerpo humano, que estaba a punto de completar en 1633 cuando, al tener noticia de la condena de Galileo, renunció a la publicación de su obra, que tendría lugar póstumamente.
En 1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres ensayos científicos. Descartes proponía una duda metódica, que sometiese a juicio todos los conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los escépticos, la suya era una duda orientada a la búsqueda de principios últimos sobre los cuales cimentar sólidamente el saber.
Este principio lo halló en la existencia de la propia conciencia que duda, en su famosa formulación «pienso, luego existo». Sobre la base de esta primera evidencia, pudo desandar en parte el camino de su escepticismo, hallando en Dios el garante último de la verdad de las evidencias de la razón, que se manifiestan como ideas «claras y distintas».
El método cartesiano, que Descartes propuso para todas las ciencias y disciplinas, consiste en descomponer los problemas complejos en partes progresivamente más sencillas hasta hallar sus elementos básicos, las ideas simples, que se presentan a la razón de un modo evidente, y proceder a partir de ellas, por síntesis, a reconstruir todo el complejo, exigiendo a cada nueva relación establecida entre ideas simples la misma evidencia de éstas.
Los ensayos científicos que seguían, ofrecían un compendio de sus teorías físicas, entre las que destaca su formulación de la ley de inercia y una especificación de su método para las matemáticas. Los fundamentos de su física mecanicista, que hacía de la extensión la principal propiedad de los cuerpos materiales, los situó en la metafísica que expuso en 1641, donde enunció así mismo su demostración de la existencia y la perfección de Dios y de la inmortalidad del alma. El mecanicismo radical de las teorías físicas de Descartes, sin embargo, determinó que fuesen superadas más adelante.
Pronto su filosofía empezó a ser conocida y comenzó a hacerse famoso, lo cual le acarreó amenazas de persecución religiosa por parte de algunas autoridades académicas y eclesiásticas, tanto en los Países Bajos como en Francia. En 1649 aceptó la invitación de la reina Cristina de Suecia y se desplazó a Estocolmo, donde murió cinco meses después de su llegada a consecuencia de una neumonía.
Descartes es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista moderna por su planteamiento y resolución del problema de hallar un fundamento del conocimiento que garantice la certeza de éste, y como el filósofo que supone el punto de ruptura definitivo con la escolástica.





Gottfried Wilhelm Leibniz
(Gottfried Wilhelm von Leibniz; Leipzig, actual Alemania, 1646 - Hannover, id., 1716) Filósofo y matemático alemán. Su padre, profesor de filosofía moral en la Universidad de Leipzig, falleció cuando Leibniz contaba seis años. Capaz de escribir poemas en latín a los ocho años, a los doce empezó a interesarse por la lógica aristotélica a través del estudio de la filosofía escolástica.
En 1661 ingresó en la universidad de su ciudad natal para estudiar leyes, y dos años después se trasladó a la Universidad de Jena, donde estudió matemáticas con E. Weigel. En 1666, la Universidad de Leipzig rechazó, a causa de su juventud, concederle el título de doctor, que Leibniz obtuvo sin embargo en Altdorf; tras rechazar el ofrecimiento que allí se le hizo de una cátedra, en 1667 entró al servicio del arzobispo elector de Maguncia como diplomático, y en los años siguientes desplegó una intensa actividad en los círculos cortesanos y eclesiásticos.
En 1672 fue enviado a París con la misión de disuadir a Luis XIV de su propósito de invadir Alemania; aunque fracasó en la embajada, Leibniz permaneció cinco años en París, donde desarrolló una fecunda labor intelectual. De esta época datan su invención de una máquina de calcular capaz de realizar las operaciones de multiplicación, división y extracción de raíces cuadradas, así como la elaboración de las bases del cálculo infinitesimal.
Representante por excelencia del racionalismo, Leibniz situó el criterio de verdad del conocimiento en su necesidad intrínseca y no en su adecuación con la realidad; el modelo de esa necesidad lo proporcionan las verdades analíticas de las matemáticas. Junto a estas verdades de razón, existen las verdades de hecho, que son contingentes y no manifiestan por sí mismas su verdad.
El problema de encontrar un fundamento racional para estas últimas lo resolvió afirmando que su contingencia era consecuencia del carácter finito de la mente humana, incapaz de analizarlas por entero en las infinitas determinaciones de los conceptos que en ellas intervienen, ya que cualquier cosa concreta, al estar relacionada con todas las demás siquiera por ser diferente de ellas, posee un conjunto de propiedades infinito.
Frente a la física cartesiana de la extensión, Leibniz defendió una física de la energía, ya que ésta es la que hace posible el movimiento. Los elementos últimos que componen la realidad son las mónadas, puntos inextensos de naturaleza espiritual, con capacidad de percepción y actividad, que, aun siendo simples, poseen múltiples atributos; cada una de ellas recibe su principio activo y cognoscitivo de Dios, quien en el acto de la creación estableció una armonía entre todas las mónadas. Esta armonía preestablecida se manifiesta en la relación causal entre fenómenos, así como en la concordancia entre el pensamiento racional y las leyes que rigen la naturaleza.
Las contribuciones de Leibniz en el campo del cálculo infinitesimal, efectuadas con independencia de los trabajos de Newton, así como en el ámbito del análisis combinatorio, fueron de enorme valor. Introdujo la notación actualmente utilizada en el cálculo diferencial e integral. Los trabajos que inició en su juventud, la búsqueda de un lenguaje perfecto que reformara toda la ciencia y permitiese convertir la lógica en un cálculo, acabaron por desempeñar un papel decisivo en la fundación de la moderna lógica simbólica.