La Revolución Científica
La Revolución científica es una época asociada
principalmente con los siglos XVI y XVII en el que nuevas ideas y conocimientos
en física, astronomía, biología, medicina y química transformaron las visiones
antiguas y medievales sobre la naturaleza y sentaron las bases de la ciencia
moderna. De acuerdo a la mayoría de versiones, la revolución científica se
inició en Europa hacia el final de la época del Renacimiento y continuó a
través del siglo XVIII (la Ilustración). Se inició con la publicación en 1543 de
dos obras que cambiarían el curso de la ciencia: De revolutionibus orbium coelestium
(Sobre el movimiento de las esferas celestiales) de Nicolás Copérnico y De humani corporis fabrica (De la
estructura del cuerpo humano) de Andreas
Vesalius.
El filósofo e historiador Alexandre Koyré acuñó el
término revolución científica en 1939 para describir esta época.
Ideas nuevas
La revolución científica no se caracterizó por un solo
cambio. Las siguientes ideas contribuyeron a lo que se llama revolución
científica:
·
La sustitución de la Tierra como centro del universo por el
heliocentrismo.
·
Menosprecio de la teoría aristotélica de que la materia era
continua e integrada por los elementos tierra, agua, aire y fuego, porque su
rival clásico, el atomismo, se prestaba mejor a una «filosofía mecánica» de la
materia.
·
La sustitución de las ideas mecánicas aristotélicas con la
idea de que todos los cuerpos son pesados y se mueven de acuerdo a las mismas
leyes físicas.
·
La inercia reemplazó a la teoría del ímpetu medieval que proponía
que el movimiento no natural (movimiento rectilíneo «forzado» o «violento» ) es
causado por la acción continua de la fuerza original impartida por un impulsor
sobre el objeto en movimiento.
·
La sustitución de la idea de Galeno sobre los sistemas venoso
y arterial como dos sistemas separados, por el concepto de William Harvey de
que la sangre circulaba de las arterias a las venas «impulsada en un círculo, y
en un estado de constante movimiento».
La revolución científica fue
construida sobre la base del aprendizaje de la Grecia clásica; la ciencia
medieval, que había sido elaborada y desarrollada a partir de la ciencia de
Roma/Bizancio; y la ciencia islámica medieval. La tradición aristotélica seguía
siendo un importante contexto intelectual en el siglo XVII, aunque para esa
época los filósofos naturales se habían alejado de gran parte de ella.
Las ideas científicas clave que se
remontaban a la antigüedad clásica habían cambiado drásticamente en los últimos
años, y en muchos casos habían sido desacreditadas.
Las ideas que quedaron, y que serían
transformadas fundamentalmente durante la revolución científica, incluían:
·
La cosmología de Aristóteles que colocaba a la Tierra en el
centro de un universo jerárquico y esférico. Las regiones terrestres y celestes
se componían de diferentes elementos que tenían diferentes tipos de «movimiento
natural».
·
El modelo ptolemaico del movimiento planetario basado en el
modelo geométrico de Eudoxo de Cnido y el Almagesto de Ptolomeo, demostró que
mediante cálculos se podía calcular la posición exacta del Sol, la Luna, las
estrellas y planetas en el futuro y el pasado, y mostró cómo estos modelos se
derivaban de las observaciones astronómicas.
Avances científicos
Ideas claves y las personas que surgieron en los
siglos XVI y XVII:
·
Primera edición impresa de los Elementos de Euclides en 1482.
·
Nicolás Copérnico (1473-1543) publicó Sobre el movimiento de
las esferas celestiales en 1543, que propuso la teoría heliocéntrica de la
cosmología.
·
Andreas Vesalius (1514-1564) publicó De Humani Corporis
Fabrica (De la estructura del cuerpo humano) (1543), que desacreditaba las
opiniones de Galeno. Encontró que la circulación de la sangre provenía del
bombeo del corazón. También montó el primer esqueleto humano cortando cadáveres
abiertos.
·
Franciscus Vieta (1540-1603) publicó In artem Analyticem
Isagoge (1591), que dio la primera notación simbólica de los parámetros en el
álgebra literal.
·
William Gilbert (1544-1603) publicó Sobre el imán y los
cuerpos magnéticos y sobre el gran imán la Tierra en 1600, que sentó las bases
de una teoría del magnetismo y la electricidad.
·
Tycho Brahe (1546-1601) hizo extensas y precisas
observaciones a ojo de los planetas en el siglo XVI. Éstas se convirtieron en
los datos básicos para los estudios de Kepler.
·
Sir Francis Bacon (1561-1626) publicó Novum Organum en 1620,
que detallaba un nuevo sistema de lógica basado en el proceso de reducción, y
que Bacon proponía como una mejora sobre el proceso filosófico de Aristóteles
del silogismo. Esto contribuyó al desarrollo de lo que se conoce como el método
científico.
·
Galileo Galilei (1564-1642) mejoró el telescopio, con el que
hizo varios descubrimientos astronómicos importantes, incluyendo las cuatro
mayores lunas de Júpiter, las fases de Venus y los anillos de Saturno, e hizo
observaciones detalladas de las manchas solares. Desarrolló las leyes sobre la
caída de cuerpos basándose en experimentos cuantitativos pioneros que analizó
matemáticamente.
·
Johannes Kepler (1571-1630) publicó las dos primeras de sus
tres leyes del movimiento planetario en 1609.
·
William Harvey (1578-1657) demostró que la sangre circula,
utilizando disecciones y otras técnicas experimentales.
·
René Descartes (1596-1650) publicó su Discurso del método en
1637, que ayudó a establecer el método científico. También inició el método del
razonamiento deductivo.
·
Antonie van Leeuwenhoek (1632-1723) construyó poderosos
microscopios de una sola lente y realizó extensas observaciones que publicó
alrededor de 1660; se le considera precursor de la microbiología.
·
Isaac Newton (1643-1727) trabajó sobre la obra de Kepler y
Galileo. Demostró que una ley del cuadrado inverso de la gravedad explicaba las
órbitas elípticas de los planetas, y presentó la ley de gravitación universal.
Su desarrollo del cálculo infinitesimal abrió nuevas aplicaciones de los
métodos matemáticos a la ciencia. Newton enseñaba que la teoría científica debe
ir acompañada de una experimentación rigurosa; esto se convertiría en la piedra
angular de la ciencia moderna.
Francis
Bacon
(Londres,
1561-id., 1626) Filósofo y político inglés. Su padre era un alto magistrado en
el gobierno de Isabel I, y fue educado por su madre en los principios del
puritanismo calvinista. Estudió en el Trinity College de Cambridge y en 1576
ingresó en el Gray's Inn de Londres para estudiar leyes, aunque pocos meses
después marchó a Francia como miembro de una misión diplomática. En 1579, la
muerte repentina de su padre lo obligó a regresar precipitadamente y a
reemprender sus estudios, falto de recursos para llevar una vida independiente.
En
1582 empezó a ejercer la abogacía, y fue magistrado cuatro años más tarde. En
1584 obtuvo un escaño en la Cámara de los Comunes por mediación de su tío, el
barón de Burghley, a la sazón lord del Tesoro; durante treinta y seis años se
mantuvo como parlamentario y fue miembro de casi todas las comisiones
importantes de la cámara baja. La protección de Robert Devereux, segundo conde
de Essex, le permitió acceder al cargo de abogado de la reina.
Su
situación mejoró con la subida al trono de Jacobo I, quien lo nombró procurador
general en 1607, fiscal de la Corona en 1613 y lord canciller en 1618, además
de concederle los títulos de barón Verulam de Verulam y de vizconde de St. Albans.
Sin embargo, en 1621, procesado por cohecho y prevaricación, fue destituido de
su cargo y encarcelado. Aunque fue puesto en libertad al poco tiempo, ya nunca
recuperó el favor real.
Durante
toda su carrera persiguió una reforma coherente de las leyes y el mantenimiento
del Parlamento y los tribunales a salvo de las incursiones arbitrarias de los
gobernantes; pero, sobre todo, su objetivo era la reforma del saber. Su
propósito inicial era redactar una inmensa «historia natural», que debía abrir
el camino a una nueva «filosofía inductiva», aunque la acumulación de cargos
públicos le impidió el desarrollo de la tarea que se había impuesto, a la que,
de hecho, sólo pudo dedicarse plenamente los últimos años de su vida.
Sometió
todas las ramas del saber humano aceptadas en su tiempo a revisión,
clasificándolas de acuerdo con la facultad de la mente (memoria, razón o
imaginación) a la que pertenecían; llamó a este esquema «la gran instauración»,
y muchos de los escritos dispersos que llegó a elaborar, como El avance del
conocimiento (Advancement of Learning, 1605) –superado más tarde por el De
augmentis scientiarum–, estaban pensados como partes de una Instauratio magna
final.
Criticando
el planteamiento aristotélico, consideró que la verdad sólo puede ser alcanzada
a través de la experiencia y el razonamiento inductivo, de acuerdo con un
método del que dio una exposición incompleta en su Novum organum scientiarum
(1620). El método inductivo que elaboró pretendía proporcionar un instrumento
para analizar la experiencia, a partir de la recopilación exhaustiva de casos
particulares del fenómeno investigado y la posterior inducción, por analogía,
de las características o propiedades comunes a todos ellos. Según Bacon, ese
procedimiento había de conducir, gradualmente, desde las proposiciones más
particulares a los enunciados más generales.
Aun
cuando el método baconiano ejerció, nominalmente, una gran influencia en los
medios científicos, lo cierto es que el filósofo desarrolló su pensamiento al
margen de las corrientes que dieron lugar al surgimiento de la ciencia moderna,
caracterizada por la formulación matemática de sus resultados, a la que él
mismo no concedió la importancia debida. Bacon concibió la ciencia como una
actividad social ligada a la técnica, elaborando una utopía, Nueva Atlántida
(The New Atlantis, publicada póstumamente en 1627), basada en la organización
científica de la sociedad.
René
Descartes
(La
Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés.
René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), donde
gozó de un cierto trato de favor en atención a su delicada salud.
Obtuvo
el título de bachiller y de licenciado en derecho por la facultad de Poitiers
(1616), y a los veintidós años partió hacia los Países Bajos, donde sirvió como
soldado en el ejército de Mauricio de Nassau. En 1619 se enroló en las filas
del duque de Baviera; el 10 de noviembre, en el curso de tres sueños sucesivos,
René Descartes experimentó la famosa «revelación» que lo condujo a la
elaboración de su método.
Tras
renunciar a la vida militar, Descartes viajó por Alemania y los Países Bajos y
regresó a Francia en 1622, para vender sus posesiones y asegurarse así una vida
independiente; pasó una temporada en Italia (1623-1625) y se afincó luego en
París, donde se relacionó con la mayoría de científicos de la época. En 1628
decidió instalarse en los Países Bajos lugar que consideró más favorable para cumplir
los objetivos filosóficos y científicos que se había fijado, y residió allí
hasta 1649.
Los
cinco primeros años los dedicó principalmente a elaborar su propio sistema del
mundo y su concepción del hombre y del cuerpo humano, que estaba a punto de completar
en 1633 cuando, al tener noticia de la condena de Galileo, renunció a la
publicación de su obra, que tendría lugar póstumamente.
En
1637 apareció su famoso Discurso del método, presentado como prólogo a tres
ensayos científicos. Descartes proponía una duda metódica, que sometiese a
juicio todos los conocimientos de la época, aunque, a diferencia de los
escépticos, la suya era una duda orientada a la búsqueda de principios últimos
sobre los cuales cimentar sólidamente el saber.
Este
principio lo halló en la existencia de la propia conciencia que duda, en su
famosa formulación «pienso, luego existo». Sobre la base de esta primera
evidencia, pudo desandar en parte el camino de su escepticismo, hallando en
Dios el garante último de la verdad de las evidencias de la razón, que se
manifiestan como ideas «claras y distintas».
El
método cartesiano, que Descartes propuso para todas las ciencias y disciplinas,
consiste en descomponer los problemas complejos en partes progresivamente más
sencillas hasta hallar sus elementos básicos, las ideas simples, que se
presentan a la razón de un modo evidente, y proceder a partir de ellas, por
síntesis, a reconstruir todo el complejo, exigiendo a cada nueva relación
establecida entre ideas simples la misma evidencia de éstas.
Los
ensayos científicos que seguían, ofrecían un compendio de sus teorías físicas,
entre las que destaca su formulación de la ley de inercia y una especificación
de su método para las matemáticas. Los fundamentos de su física mecanicista,
que hacía de la extensión la principal propiedad de los cuerpos materiales, los
situó en la metafísica que expuso en 1641, donde enunció así mismo su
demostración de la existencia y la perfección de Dios y de la inmortalidad del
alma. El mecanicismo radical de las teorías físicas de Descartes, sin embargo,
determinó que fuesen superadas más adelante.
Pronto
su filosofía empezó a ser conocida y comenzó a hacerse famoso, lo cual le
acarreó amenazas de persecución religiosa por parte de algunas autoridades
académicas y eclesiásticas, tanto en los Países Bajos como en Francia. En 1649
aceptó la invitación de la reina Cristina de Suecia y se desplazó a Estocolmo,
donde murió cinco meses después de su llegada a consecuencia de una neumonía.
Descartes
es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista moderna por su
planteamiento y resolución del problema de hallar un fundamento del
conocimiento que garantice la certeza de éste, y como el filósofo que supone el
punto de ruptura definitivo con la escolástica.
Gottfried
Wilhelm Leibniz
(Gottfried
Wilhelm von Leibniz; Leipzig, actual Alemania, 1646 - Hannover, id., 1716)
Filósofo y matemático alemán. Su padre, profesor de filosofía moral en la
Universidad de Leipzig, falleció cuando Leibniz contaba seis años. Capaz de escribir
poemas en latín a los ocho años, a los doce empezó a interesarse por la lógica
aristotélica a través del estudio de la filosofía escolástica.
En
1661 ingresó en la universidad de su ciudad natal para estudiar leyes, y dos
años después se trasladó a la Universidad de Jena, donde estudió matemáticas
con E. Weigel. En 1666, la Universidad de Leipzig rechazó, a causa de su
juventud, concederle el título de doctor, que Leibniz obtuvo sin embargo en
Altdorf; tras rechazar el ofrecimiento que allí se le hizo de una cátedra, en
1667 entró al servicio del arzobispo elector de Maguncia como diplomático, y en
los años siguientes desplegó una intensa actividad en los círculos cortesanos y
eclesiásticos.
En
1672 fue enviado a París con la misión de disuadir a Luis XIV de su propósito
de invadir Alemania; aunque fracasó en la embajada, Leibniz permaneció cinco
años en París, donde desarrolló una fecunda labor intelectual. De esta época
datan su invención de una máquina de calcular capaz de realizar las operaciones
de multiplicación, división y extracción de raíces cuadradas, así como la
elaboración de las bases del cálculo infinitesimal.
Representante
por excelencia del racionalismo, Leibniz situó el criterio de verdad del
conocimiento en su necesidad intrínseca y no en su adecuación con la realidad;
el modelo de esa necesidad lo proporcionan las verdades analíticas de las
matemáticas. Junto a estas verdades de razón, existen las verdades de hecho,
que son contingentes y no manifiestan por sí mismas su verdad.
El
problema de encontrar un fundamento racional para estas últimas lo resolvió
afirmando que su contingencia era consecuencia del carácter finito de la mente
humana, incapaz de analizarlas por entero en las infinitas determinaciones de
los conceptos que en ellas intervienen, ya que cualquier cosa concreta, al
estar relacionada con todas las demás siquiera por ser diferente de ellas,
posee un conjunto de propiedades infinito.
Frente
a la física cartesiana de la extensión, Leibniz defendió una física de la
energía, ya que ésta es la que hace posible el movimiento. Los elementos
últimos que componen la realidad son las mónadas, puntos inextensos de
naturaleza espiritual, con capacidad de percepción y actividad, que, aun siendo
simples, poseen múltiples atributos; cada una de ellas recibe su principio
activo y cognoscitivo de Dios, quien en el acto de la creación estableció una
armonía entre todas las mónadas. Esta armonía preestablecida se manifiesta en
la relación causal entre fenómenos, así como en la concordancia entre el
pensamiento racional y las leyes que rigen la naturaleza.
Las
contribuciones de Leibniz en el campo del cálculo infinitesimal, efectuadas con
independencia de los trabajos de Newton, así como en el ámbito del análisis
combinatorio, fueron de enorme valor. Introdujo la notación actualmente
utilizada en el cálculo diferencial e integral. Los trabajos que inició en su
juventud, la búsqueda de un lenguaje perfecto que reformara toda la ciencia y
permitiese convertir la lógica en un cálculo, acabaron por desempeñar un papel
decisivo en la fundación de la moderna lógica simbólica.